¿Esta a punto de nacer un Volcán en la CDMX?
¿Esta a punto de nacer un Volcán en la CDMX?
Tras los temblores registrados en la Ciudad de México son el resultado de la reactivación de una serie continua de movimientos sísmicos, conocida como "secuencia o enjambre sísmico", que ha estado ocurriendo en el sector occidental de la ciudad desde los meses de marzo y abril. Según Arturo Iglesias Mendoza, quien lidera el Servicio Sismológico Nacional (SSN), esta actividad sísmica se caracteriza por la presencia de varios sismos en un corto período, todos con magnitudes similares. Es importante destacar que no se trata de réplicas, sino de temblores que comparten niveles de intensidad. Estos eventos sísmicos superficiales tienen lugar en el Eje Volcánico Transversal, una región que atraviesa el centro del país, como explicó el investigador durante una entrevista para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Paricutín.
El surgimiento del volcán Paricutín constituyó un fenómeno natural sin precedentes que tuvo lugar el 20 de febrero de 1943 en el estado de Michoacán, México. Este volcán emergió en un campo de maíz perteneciente al agricultor Dionisio Pulido, y su erupción capturó la atención de miles de personas a nivel mundial.
Los primeros indicios de actividad volcánica se manifestaron el 19 de febrero con un terremoto registrado en la zona. Al día siguiente, los residentes locales notaron movimientos en el suelo y la emanación de un humo peculiar desde una fisura en el campo.
A las 4 de la tarde del 20 de febrero, la fisura se abrió de manera abrupta, dando lugar a la expulsión de lava y cenizas. La erupción fue tan intensa que el volcán creció 30 metros en las primeras 24 horas.
Este episodio volcánico, conocido como el Paricutín, se prolongó durante nueve años y cuatro meses, alcanzando una altura total de 424 metros. La lava y las cenizas resultantes de la erupción devastaron poblados y campos, forzando a miles de personas a abandonar sus hogares.
Con una forma cónica característica, el Paricutín se debe a la fluidez de la lava expulsada. Esta lava descendió rápidamente por las laderas del volcán, conformando una caldera de 2 kilómetros de diámetro.
La erupción del Paricutín constituye un evento singular en la historia de México y ha proporcionado valiosos conocimientos a los científicos, contribuyendo a una comprensión más profunda de los procesos que conducen a la formación de los volcanes. A continuación, se detallan algunos aspectos destacados del nacimiento del volcán Paricutín:
El volcán surgió en un campo de maíz propiedad del agricultor Dionisio Pulido, en el municipio de San Juan Parangaricutiro, Michoacán.
La erupción comenzó el 20 de febrero de 1943 a las 4 de la tarde.
En las primeras 24 horas, el volcán experimentó un crecimiento de 30 metros.
La erupción perduró durante nueve años y cuatro meses.
La lava y las cenizas resultantes de la erupción destruyeron poblados y campos, desplazando a miles de residentes.
El Paricutín adopta la forma de un volcán cónico debido a la alta fluidez de la lava expulsada.
Este nacimiento volcánico no solo representó un desastre natural, sino también un espectáculo natural que atrajo la atención global.
¿La CDMX esta en peligro por el nacimiento de un Volcán?
hay signos y fenómenos geológicos que pueden indicar la formación o la actividad incipiente de un volcán. Estos signos pueden variar, pero aquí hay algunos indicadores comunes:
Sismicidad: A menudo, la actividad sísmica aumenta en las áreas donde se está formando un volcán. Los terremotos, especialmente si son locales y poco profundos, pueden ser un indicio de la actividad magmática debajo de la superficie.
Fumarolas y Gases: La liberación de gases volcánicos, como vapor de agua, dióxido de azufre u otros gases volcánicos, puede ser un signo de actividad volcánica. La presencia de fumarolas (emisiones de gas y vapor) en la superficie es un indicador común.
Deformación del Terreno: Antes de una erupción, el terreno puede experimentar deformaciones, como hinchazón o hundimiento, debido a la acumulación de magma debajo de la superficie. Instrumentos de monitoreo geodésico pueden detectar estos cambios.
Cambios en la Actividad Geotérmica: Aumentos en la temperatura del agua en manantiales termales cercanos, cambios en las fuentes de agua caliente o incluso alteraciones en la actividad geotérmica en la región pueden ser indicios de actividad magmática.
Cambios en la Conductividad Eléctrica: La actividad magmática puede afectar la conductividad eléctrica del agua subterránea, y los cambios en este parámetro pueden ser monitoreados para detectar la actividad volcánica.
Cambios en la Química del Agua: A medida que el magma asciende, puede interactuar con las aguas subterráneas, alterando la química del agua. La presencia de ciertos minerales o cambios en la acidez pueden ser indicadores.
Es importante señalar que estos signos no siempre garantizan una erupción inminente, y la actividad volcánica puede variar en intensidad y duración. La monitorización continua por parte de científicos y observadores expertos es esencial para evaluar y prever la actividad volcánica.
Actualmente los sismos presentados en la Ciudad, no son signos del nacimiento de un Volcán en el territorio, como lo sugieren comentarios en redes sociales. Aunque en la Ciudad existen alrededor de 8 grandes volcanes como parte de la historia de la formación del Valle de México, no hay que alarmarse por los sucesos actuales.